te seguí aquel día sin preguntar.
sin saber, sin preguntar
nos convertimos en algo del otro.
en ese momento algo cambió en mí,
me hice fuerte pero débil al mismo tiempo,
dejé de frecuentar algunas amistades
y vineron otras nuevas.
compartimos risas, y aventuras
así como cervezas y dolor,
momentos peligrosos y otros de diversión.
de pronto un día algo cambió
de repente una nube cubrió el sol,
cada quien caminó al contrario del otro
y lo anterior se olvidó.
repetidas son las veces que nos hemos encontrado
y ninguno puede ver a los ojos al otro,
si me vieras solo verías vacío
y se que si te viera vería indiferencia.
la nube se fué, pero nada cambió.
tal vez no eramos lo suficientemente maduros
para una amistad así.